En muchos deportes la palabra pretemporada es sinónimo de test y evaluaciones para conocer el estado físico de los deportistas. En esta entrada podréis leer mi propuesta sobre qué evaluar, cuándo hacerlo y sobre todo por qué.

Vamos a empezar por el final…

Lo primero que deberíamos tener claro es por qué queremos invertir tiempo en valorar o evaluar la condición física, y no dejarnos llevar por modas o tendencias actuales.

¿Por qué debemos evaluar?

Bajo mi punto de vista, considero que debemos dedicar tiempo a valorar a nuestros deportistas porque, como diría Lord Kelvin, «if you can´t measure it, you can´t improve it» (lo que no se mide, no se puede mejorar). Si extrapolamos esta frase al ámbito del entrenamiento, podríamos decir que si no conoces tu punto de partida, te resultará muy complicado saber si has mejorado o si estás mejorando. Por tanto, el primer motivo (y en mi opinión el más importante) por el que debemos evaluar es:

1) Para poder conocer si un determinado programa de entrenamiento ha producido cambios o no en la condición física de nuestros deportistas.

Además, para mi existen otros motivos que justifican la necesidad de invertir tiempo en evaluar:

2) Individualizar la carga de entrenamiento en función de los datos obtenidos en los test.

3) Conocer si el deportista alcanza los valores mínimos (que consideramos «necesarios» y «seguros») en una determinada capacidad condicional (fuerza, resistencia, ROM, etc)

4) Identificar si existen alteraciones en los distintos patrones básicos de movimiento, y si detectamos dichas alteraciones poder analizar qué las está causando.

5) Conocer si existen asimetrías entre miembros (piernas y brazos), y en caso afirmativo conocer la magnitud de las mismas y su implicación para el rendimiento y la reducción de lesiones.

6) Comparar el nivel de condición física pre-post lesión. Con ello podemos mejorar la toma de decisiones en los procesos de return to train y return to play, ya que podemos saber si el deportista ha recuperado el rendimiento físico previo a la lesión.

7) Comparar la condición física de distintos deportistas del mismo puesto específico dentro del mismo equipo.

¿Qué queremos evaluar?

Cuando hablamos evaluación o valoración rápidamente solemos pensar en test concretos, y eso hace referencia al cómo pero no al qué. Así que sobre lo que deberíamos reflexionar en primer lugar es qué queremos evaluar, y después pensar en herramientas o instrumentos (test) que nos permitan llevarlo a cabo.

En mi opinión, deberíamos combinar la información de dos tipos de evaluaciones o valoraciones. Por un lado, valoraciones cuantitativas, y por otro lado, valoraciones cualitativas.

Las valoraciones cuantitativas nos aportarán información objetiva y fiable sobre las distintas capacidades condicionales. Aquí podemos centrarnos en evaluar las diferentes manifestaciones de la fuerza, la capacidad de salto vertical, la velocidad aeróbica máxima, la capacidad para cambiar dirección, la capacidad para repetir sprints, y un largo etcétera… Pero, bajo mi punto de vista, no deberíamos olvidar varios aspectos fundamentales:

1. ¿Por qué quiero evaluar esa capacidad? ¿Es relevante en mi deporte? ¿Qué información me aporta?

2. ¿A cuántos deportistas tengo que evaluar?

3. ¿De cuánto tiempo dispongo para evaluar?

4. ¿Podré evaluar muchas capacidades o debo priorizar?

5. ¿Se trata de un test complejo para el deportista? ¿Será necesario incluir un período de familiarización? ¿Afectará a los datos obtenidos?

6. ¿Esta evaluación añade una carga de entrenamiento «extra» al deportista? ¿Lo podré repetir durante la temporada?

7. ¿Requiere utilizar procedimientos invasivos o no invasivos?

Algunos de los test que podemos utilizar para evaluar dichas capacidades son los siguientes:

Por otro lado, las valoraciones cualitativas nos aportan información sobre:

– Movilidad y/o estabilidad de diferentes articulaciones en diferentes planos.

– Coordinación y/o alineación entre diferentes articulaciones y segmentos.

– Musculatura debilitada/inhibida o sobre-solicitada/rígida.

Algunos de los test que podemos utilizar para identificar alteraciones en los principales patrones de movimiento son los siguientes:

¿Cuándo evaluar?

Otro de los aspectos que genera gran debate en torno a la evaluación o valoración es cuándo ubicarla dentro de la pretemporada.

Normalmente solemos programar la evaluación inicial (pre-intervención) durante la primera semana de pretemporada. Sin embargo, con respecto a la evaluación al final del ciclo de entrenamiento (post-intervención) no existe tanto consenso sobre cuándo ubicarla.

En mi opinión, para decidir en qué momento realizamos las distintas pruebas o test debemos reflexionar sobre algunos aspectos…

1. ¿Todos los test pueden/deben realizarse el mismo día? En caso afirmativo… ¿Debe ser el primer día? ¿Es lo más adecuado?

2. ¿Pueden existir interferencias entre una prueba y otra? En caso de que existan… ¿En qué orden debo realizar los test para minimizar estas interferencias?

3. ¿Debo realizar los test en ausencia de fatiga? ¿O por el contrario es interesante evaluar algunas capacidades en condiciones de fatiga?

4. Si no puedo/quiero realizar toda la evaluación el primer día y lo hago en varios días… ¿El test puede verse afectado por el entrenamiento del día anterior? ¿En qué medida? ¿Debo tenerlo en cuenta?

5. ¿Cuánto tiempo debería transcurrir para volver a evaluar una capacidad? ¿Cuánto tiempo es necesario para generar adaptaciones?

6. ¿El final de la pretemporada es el mejor momento para volver a evaluar? ¿En todas las capacidades?

Muchas preguntas y ninguna respuesta estaréis pensando. Pues bien, veamos un ejemplo concreto….

Si queremos evaluar el rango de movimiento de una determinada articulación, considero que debemos hacerlo en ausencia de fatiga y asegurándonos de que ninguna carga de entrenamiento y/o ningún otro test puedan condicionar los datos obtenidos. Ya que, por ejemplo, sabemos que la repetición de patrones o gestos específicos del deporte puede causar rigidez o tensión en ciertos grupos musculares y esto puede alterar el rango de movimiento. Por tanto, mi recomendación es que si deseas evaluar el rango de movimiento de una articulación lo hagas el primer día de pretemporada y al inicio del protocolo de valoración para evitar que otros test (fuerza, resistencia, etc) puedan interferir.

Espero que esta publicación os sirva de ayuda para tomar mejores decisiones sobre sobré qué evaluar, cuándo hacerlo y sobre todo por qué.

Espero vuestras opiniones y feedback en los comentarios.

2 comentarios

  1. Excelente el desarrollo del tema abarcado, me pareció interesante la forma de crear las reflexiones del uso de las valoraciones.
    Gracias por el tiempo dedicado!

  2. Me parece interesantísimo por la manera brillante de explicarlo.
    Muchísimas gracias

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