Carlos García Sánchez, investigador del INEF-UPM, lidera junto a expertos de la Universidad Europea de Madrid y la Universidad de Estrasburgo una revisión sistemática pionera que analiza la evidencia científica disponible sobre las demandas físicas durante la competición oficial en balonmano de élite. El estudio sintetiza datos de más de 1100 jugadores y jugadoras recogidos en 17 investigaciones científicas internacionales. ¿El objetivo? Comprender cómo influyen el sexo, la posición de juego y el nivel competitivo en las exigencias físicas del balonmano moderno.
¿Qué se sabe hasta ahora?
Tradicionalmente, las demandas físicas durante competiciones oficiales de balonmano se han medido mediante análisis de vídeo (time-motion analysis) o sistemas de tracking óptico. Estas metodologías permitieron estudiar las distancias recorridas y las acciones técnicas más frecuentes, pero presentaban limitaciones importantes: eran muy dependientes del observador, requerían mucho tiempo de análisis y no podían detectar con precisión acciones explosivas, como aceleraciones desde parado o cambios de dirección. Con la llegada de nuevas tecnologías como los sistemas de posicionamiento local (LPS) con tecnología ultra-wideband (UWB) y sensores inerciales (IMUs), se ha abierto una nueva era en el estudio de la carga externa en deportes de interior como el balonmano. Estas herramientas permiten monitorizar en tiempo real acciones de alta intensidad, saltos, contactos, y cambios de ritmo con una precisión muy superior.
¿Qué aporta esta revisión?
Este revisión sistemática analizó 17 estudios con un total de 1175 jugadores/as de élite (88% hombres, 12% mujeres) de competiciones nacionales e internacionales. Las variables extraídas incluyeron:
- Distancia total recorrida
- Distancia recorrida por minuto o ritmo (metros por minuto)
- Aceleraciones y deceleraciones de alta intensidad
- Carga total (PlayerLoad)
- Frecuencia cardíaca media y máxima
- Lactato en sangre
- Acciones técnicas: lanzamientos, contactos, contraataques, etc.
¿Qué diferencias existen entre hombres y mujeres?
Los resultados muestran algunas sorpresas. Las mujeres, en competiciones oficiales, recorren en promedio más metros que los hombres (4549 vs. 3332 m) y a un ritmo más alto (110,5 vs. 78,4 m/min), lo que indica una mayor intensidad de desplazamiento relativo en competición. También presentan una frecuencia cardíaca media más elevada, lo que podría interpretarse como una mayor exigencia fisiológica relativa durante el juego.
En cambio, los hombres realizan más desplazamientos a alta velocidad y más esprints, lo que sugiere una mayor proporción de acciones explosivas. Es decir, las mujeres corren más y más rápido en términos relativos, pero los hombres alcanzan mayores velocidades máximas y picos de intensidad.


¿Y según la posición de juego?
No todos los jugadores soportan las mismas exigencias físicas. Los extremos y primeras líneas recorren distancias moderadamente mayores que los pivotes, y a mayor ritmo por minuto. Los extremos también realizan más aceleraciones de alta intensidad (134 por partido), mientras que los pivotes acumulan más contactos físicos y bloqueos, y los primeras líneas más lanzamientos (hasta 10 por partido).



¿Influye el nivel de la competición?
Curiosamente, en competiciones nacionales los jugadores recorren más distancia que en las internacionales (4506 vs. 2190 m), aunque esto podría deberse a factores tácticos y al estilo de juego más conservador y posicional en los grandes torneos. Sin embargo, el ritmo (metros/minuto) es similar entre ambos niveles.

También se observó un descenso de las variables de carga externa e interna en la segunda parte del partido, lo que refleja el impacto de la fatiga. En los últimos 10 minutos se recorren menos metros, y se reduce la intensidad tanto en desplazamientos como en frecuencia cardíaca.
Aplicaciones prácticas para entrenadores y preparadores físicos
1. Individualización del entrenamiento según posición y perfil fisiológico.
- Primeras líneas: Alta implicación en la construcción del ataque posicional, lo que se traduce en numerosas deceleraciones intensas. Por ello, es necesario desarrollar la capacidad de los músculos y tendones para atenuar las altas fuerzas excéntricas.

- Extremos: Mayor número de contraataques y aceleraciones a alta velocidad. Requieren entrenamientos de sprint repetido (RST), sprint interval training (SIT) y prevención de lesiones musculares, particularmente en los isquiotibiales.
- Pivotes: Expuestos a un alto número de contactos y acciones de fuerza isométrica. Su programa de entrenamiento debe priorizar la hipertrofia, fuerza máxima y fortalecimiento del core, fundamental para el contacto físico y los bloqueos defensivos.
2. Diseñar programas de prevención de lesiones según perfil de la posición de juego.
Primeras líneas: Mayor riesgo de lesiones de hombro por sobreuso (manguito rotador) y lesiones de rodilla, especialmente rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) en mujeres. Se recomienda:
- Entrenamiento de deceleración rápida y trabajo de core.
- Entrenamiento de fuerza unilateral y bilateral (cuádriceps, isquios, glúteo, gemelos).
- Ejercicios de técnica de aterrizaje y cambios de dirección con perturbaciones y oposición.
- Entrenamiento de resistencia cardiorrespiratoria para minimizar la aparición de fatiga.
Extremos: Mayor riesgo de lesiones musculares por alta exposición a velocidades elevadas. Se recomienda incluir ejercicios para mantener alta tasa de desarrollo de fuerza (RFD) y prevenir lesiones musculares por esprints repetidos.
Pivotes: Por la elevada carga de contacto, necesitan reforzar la fuerza del tren inferior y del core para soportar impactos y acciones defensivas estáticas intensas.
3. Diseño de rotaciones y gestión de la carga intra-partido.
Los datos muestran una disminución del rendimiento físico en la segunda mitad del partido: se reduce la distancia total recorrida, la cantidad de acciones de alta intensidad y el PlayerLoad/minuto. Estos datos refuerzan la necesidad de diseñar e implementar una estrategia de rotación adecuada que retrasen o minimicen la aparición de la fatiga y optimicen el rendimiento en los momentos clave del partido.
4. Uso de tecnología para el control de carga.
Los autores insisten en la importancia de incorporar tecnologías de seguimiento como:
1. Sistemas de posicionamiento local (LPS) con sistema de antenas UWB para cuantificar velocidades y distancias recorridas en entornos indoor.
2. Sensores inerciales (IMUs) (acelerómetros, magnetómetros y giroscopios) para evaluar carga cinética, mecánica y metabólica.
Estas herramientas permiten prescribir y ajustar la carga de entrenamiento y competición, además de verificar el progreso en procesos de readaptación tras lesión, especialmente cuando se busca recuperar el nivel previo del jugador.
Conclusión
Esta revisión sistemática supone un avance clave para el conocimiento de las demandas físicas durante competiciones oficiales de balonmano de élite. Proporciona referencias objetivas y detalladas sobre las exigencias físicas reales del juego según sexo, nivel y posición de juego. Una herramienta imprescindible para entrenadores, preparadores físicos y profesionales del balonmano que busquen optimizar el rendimiento y proteger la salud del deportista.
Referencia
García-Sánchez, C., Navarro, R. M., Karcher, C., & de la Rubia, A. (2023). Physical Demands during Official Competitions in Elite Handball: A Systematic Review. International journal of environmental research and public health, 20(4), 3353. https://doi.org/10.3390/ijerph20043353