Incorporar sistemas de control y evaluación ofrece la posibilidad de valorar objetivamente la condición física del deportista. Para ello se utilizan distintos dispositivos y protocolos que permiten contribuir a maximizar el rendimiento.
El primer objetivo es monitorizar al deportista en tiempo real, es decir mientras está entrenando, para garantizar que la dosis de entrenamiento sea la óptima y con ello lograr las adaptaciones programadas.
En segundo lugar, la incorporación de controles de manera periódica permite conocer de forma muy precisa la evolución de la condición física del deportista. Estos datos aportan información objetiva sobre cómo mejoran las diferentes manifestaciones de la fuerza o sobre cómo de fatigado está el deportista, por ejemplo.
Todos los protocolos están validados científicamente y se aplican utilizando las últimas tecnologías existentes en el mercado.
A continuación te muestro un ejemplo real de un test de carga-velocidad realizado con un jugador de Balonmano iKasa. En este test utilizamos un protocolo incremental con cuatro cargas.
